(4 personas)

• 4 patatas
• 1 huevo
• Aceite de oliva virgen extra
• ½ litro de caldo de gallina
• 1 cucharadita de harina
• 1 diente de ajo
• Perejil
• Cominos
• Azafrán
• Sal

Se cuecen las patatas sin pelar en abundante agua con sal hasta que estén tiernas pero no muy cocidas. Se pelan, se dejan enfriar y se cortan en rodajas de medio centímetro. A continuación se les añade una pizca de sal, se rebozan primero en harina y después en huevo, se fríen en una sartén con abundante aceite de oliva y se reservan. Se dejan en la sartén cinco cucharadas del aceite de la fritura, se fríe el ajo y se machaca en un mortero junto con los cominos, el azafrán y el perejil. Se tuesta en la sartén una cucharadita de harina y se incorpora medio litro de caldo de gallina (ver pág. 90). Se añade la mezcla del mortero, se deja cocer durante cinco minutos y se incorporan las patatas manteniéndolas en el fuego durante otros cinco minutos más.