(4 personas)
• Pan de torrijas (mejor del día anterior)
• 750 ml de leche entera
• 4 huevos
• 3 cucharadas soperas de azúcar
• 1 cucharada de canela molida
• 1 palito de canela en rama
• 1 litro de aceite de oliva virgen extra
Para el almíbar
• 150 g de azúcar
• La cáscara de 1 limón
• 2 vasos de buen vino blanco
Se corta la barra de pan del día anterior en rebanadas al bies de un dedo de grosor y se colocan en una fuente. En un recipiente se pone la leche a calentar con las tres cucharadas de azúcar y el palito de canela en rama. Cuando esté a punto de cocer se vierte la leche sobre las rebanadas de pan y se deja una hora en reposo. En un plato hondo se baten los huevos. A continuación se calienta el aceite. Con la ayuda de una espumadera se cogen las torrijas empapadas en la leche, se rebozan en el huevo batido y se fríen en aceite de oliva caliente. Cuando estén doradas por un lado se les da la vuelta cuidadosamente para que no se rompan. Se sacan, se dejan escurrir sobre papel absorvente y se colocan en la fuente donde vayan a ser servidas (frías o templadas). Finalmente se espolvorean con una mezcla de azúcar y canela molida.
Si se desean con almíbar, se hierve medio litro de agua durante diez minutos junto con la cáscara del limón, los 150 gramos de azúcar y el vino blanco. Se retira y se vierte por encima de las torrijas con una cuchara.